Me
dejo mecer por tus aires acurrucado en tus nieblas. Nado sobre tus
corrientes en busca de aquellos horizontes añorados en mi juventud,
horizontes que nos hicieron fuertes para soportar los envites del
camino. Miro a través de tu mirada escudriñando los recuerdos y los
hálitos de vida que nos insuflamos mientras sigo robando aire
viciado de colores de vida. Paso los días paginando cada instante,
colocando rosas de esperanza entre tus hojas para encontrarlas
ancladas a mis letras en los lejanos futuros forjados a base de
golpes de esfuerzos; cincelando cada instante para hacerlo tuyo y
poder contemplar nuestros logros y sentir los aplausos frenéticos
del alma. Cargo mi maleta de cueros arañados por los días,... mas he dejado de sentirla llena de imposibles y la paseo sin complejos,
entre tímidas gotas de primavera, y aromas a romero y azahar que la
convirtieron en dulce compañera de viaje.
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