viernes, 28 de enero de 2011

IMPULSOS II


Me obligó el ocaso a silenciar mi boca cargada de improperios, me obligó a reírle a la vida sus insulsas gracias, adoctrinado por aquellos que intentaron mover mis alas contra mis propios vientos, mas pude encontrar a tiempo las certezas con las que sajar las cuerdas que anudaron otros a mis manos, para por fin, abrazar la vida desprendido de miedos.

martes, 25 de enero de 2011

IMPULSOS I



Sangre de lágrima viva, de lágrima vertida, de lágrima derramada.
Sangre de luz, sangre de llama, sangre que sangra sin pausa de vida, sangre de tu angustia bañada por los celos fundados, de pesos pasados, de tenues caricias.
Sangre roja sin herida, sangre de ilusiones perdidas.
He visto morir al sol ensombrecido por tu pena, le he visto morir despacio, llorando su luz eterna.



Muchas veces escribo sin pensar, únicamente, me dejo llevar y suelto, suelto lo que sale ¿qué no tiene sentido? quizás, o quizás tenga un sentido que sólo yo puedo ver, porque tal vez, estos impulsos sean sólo modos de soltar algo que daña y pesa dentro.

viernes, 7 de enero de 2011

Cuerda Locura



No soy aquel que digo ser y no lo soy porque me niego las obligaciones de serlo. Me descubro cada día, cada día me presento y procuro que el viento arrastre los rescoldos aún templados de los fuegos ya pasados. Me miro, me entiendo, me veo, me odio, me alejo, me acompaño, me dejo, me suelto, me tengo cada día que llevar, me tengo cada noche que aguantar.
Inhalo aires frescos de tiempos venideros y me acojo en el calor del abrazo de los míos hasta sentir el peso de sus cariños.
Hoy vi mi reflejo en el fondo cristalino de tus ojos y nadé, nadé solo y libre de pesos autoimpuestos, de rémoras egoístas que me arañaron el alma llena de cicatrices con la que cargo. Vi a lo lejos a mi sombra partir sin mí hacia el sol y regresar henchida de luz de amaneceres nuevos, y briosos latidos de vida. Hoy por fin he conseguido entender mi cuerda locura diaria de sentimientos deshilachados y he podido volver a zurcir mis pensamientos con la ayuda de aquel hilo de compañía que me brindaste.