No soy aquel que digo ser y no lo soy porque me niego las obligaciones de serlo. Me descubro cada día, cada día me presento y procuro que el viento arrastre los rescoldos aún templados de los fuegos ya pasados. Me miro, me entiendo, me veo, me odio, me alejo, me acompaño, me dejo, me suelto, me tengo cada día que llevar, me tengo cada noche que aguantar.
Inhalo aires frescos de tiempos venideros y me acojo en el calor del abrazo de los míos hasta sentir el peso de sus cariños.
Hoy vi mi reflejo en el fondo cristalino de tus ojos y nadé, nadé solo y libre de pesos autoimpuestos, de rémoras egoístas que me arañaron el alma llena de cicatrices con la que cargo. Vi a lo lejos a mi sombra partir sin mí hacia el sol y regresar henchida de luz de amaneceres nuevos, y briosos latidos de vida. Hoy por fin he conseguido entender mi cuerda locura diaria de sentimientos deshilachados y he podido volver a zurcir mis pensamientos con la ayuda de aquel hilo de compañía que me brindaste.
Creo que te entiendes desde hace mucho, pero a veces nos pasa que nos da miedo mirarnos al espejo, te lo dice Alicia ... ojo.
ResponderEliminarMe alegra tu vuelta, me emocionan tus palabras. Veo fuerza, luz, veo ganas y te veo de frente.
Suerte, yo ya cogí sitio ...
(de vez en cuando dice ... )
Gracias Hache, gracias por venir para quedarte.
ResponderEliminarAño nuevo, blog nuevo y muchas más cosas nuevas que tienen que venir. Siempre llenas de luz, ya lo sabes. Me gustan tus palabras pero como dice Carmen, te entiendes desde hace muuuucho tiempo. Un besazo enorme y aquí seguiré a cada pasito que des.
ResponderEliminarGracias mi niña, sabes que me encanta tenerte por aquí.
ResponderEliminarUn besote fuerte
Querido amigo...
ResponderEliminarestoy contenta de (iba a decir recuperarte) seguir contando con tu amistad, con tus letras, esas que tanto me han gustado siempre.
Han sido tiempos revueltos y estoy feliz de que los tuyos ahora estén listos para caminar de nuevo.
A mi aún me queda un trecho largo y duro, pero lo conseguiré, al menos me ayuda saber que se puede, que se llega y que uno se encuentra a sí mismo en algún recodo del camino.
No sé cuánto podré dar testimonio de mi paso por tu nueva casa, pero ten por seguro que leeré cada letra, aunque sea a destiempo y no seas consciente de ello.
Un beso, cielo. Sabes que ese hilo nunca se rompió.
Natacha.
Estoy contenta, Ricardo.
Me alegro que estés contenta Natacha y ten por seguro que nunca será a destiempo y que soy consciente de ello. Al final sé la gente que me acompaña y la que no.
ResponderEliminarUn besote y, sabes donde estoy.
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ResponderEliminarEnhorabuena por tu blog, me alegro infinito de leerte de nuevo, de que te hayas reencontrado a tí mismo, y te intuyo cargado de energía y con muchas cosas que contar. Pues aquí estaremos para leerte y dejarte unas palabras, un beso, un abrazo o una sonrisa.
ResponderEliminarPreciosa tu primera entrada.
Un besazo enooorme.
Echaba de menos tener un rincón donde encontrarte,sentirte,palparte...recuperarte!!!
ResponderEliminar…Y aunque las lágrimas se sequen, las huellas se borren, los trenes partan y mueran almas………nunca CAIGAN LOS GIGANTES!!!
Eres grande mi niño.Te quiero.
...y yo sin enterarme...
ResponderEliminarMe alegra un montón el que vuelvas a escribir, o que yo lo pueda leer.
Un beso
El poeta no piensa, siente. Y las emociones llegan hasta su mano que les da forma a golpe de grafito.
ResponderEliminarMe gusta lo que escribes y me gusta tu blog.