Que hermoso su abrazo, que cálido en la noche y acogedor….limpio, cargado de vida y de futuro; esa sonrisa, esa mirada, esas preguntas,… cuantas respuestas con tan pocas palabras. Me faltan cosas, muchas cosas, pero me siento pleno a su lado, creo que hice algo grande y el que esté a mi lado me insufla entusiasmo. Pedaleo con fuerza por esta eterna cuesta llena de piedras, pero he aprendido a disfrutar del camino viviendo el paisaje, viviéndolo como mío, valorando cada paso en su medida y saboreando cada beso como si del último se tratase. No veo el final del pedregoso sendero empinado, pero tengo la certeza de que se encuentra en alguna parte, en algún paraje lleno de luz, es más, ahora sé que puedo llegar a él, tan solo necesito un poco más de aire, un poco más de esa brisa fresca que me llena el alma cada vez que escucho su ... “te quiero papá”.